Uno de los puntos importantes al lanzar un nuevo producto o evaluar uno ya existente es saber diferenciar e identificar los beneficios y características que este posee. Para algunas personas son lo mismo; pero lo cierto es que saber detectar las diferencias es una de las claves para lograr una evaluación completa y correcta del producto en cuestión.
Lograr definir correctamente los beneficios y las características es sencillo; pero algunas personas no le dan la importancia necesaria y no conocen como hacerlo; aquí aprenderás la forma de separar los dos términos para así definir correctamente tu producto.
¿Cómo diferenciar las características y beneficios de un producto?
Para lograr diferenciar estos dos términos, lo primero que debes conocer es que una un beneficio depende de una o más características; por lo que aunque son palabras distintas, se relacionan al momento de formar una definición del producto. Es necesario primero establecer cuáles son los beneficios y para ello es necesario responder a las siguientes preguntas:
¿Por qué importará esta característica a mis clientes? ¿Qué les proporcionará? ¿Qué ventajas traerá para el consumidor?
En este punto debemos tomar en cuenta aspectos como el ahorro de dinero, ahorro de tiempo; mejora de apariencia y cualquier beneficio o ventaja que el consumidor puede obtener del producto. Luego de esto se debe proceder a evaluar cada uno de los beneficios con una calificación del 1 al 5 en importancia; con el fin de conocer los puntos más fuertes del producto. Ahora es el turno de las características; para este apartado simplemente hay que enumerar las características presentes que sean la causa de los beneficios anteriormente descrito ya sea materiales económicos; propiedades, ingredientes, apariencia y todo lo que describe en sí su función.
Ya con este conocimiento se puede realizar una definición correcta de cualquier producto; para así conocer cuáles son las ventajas y objetivos cumplidos que este le brindará a los usuarios con su uso.