Existen fallas horribles que pudiesen perjudicar de manera inmediata la carrera profesional o costarles inclusive e despido. Sin embargo, en esa acumulación de diminutos tropezones es lo que termina usualmente dando el traste a la carrera.
Además, con eso no decimos que la carrera profesional si diluya a paso de tortuga frente a los ojos. Por lo que se debe procurar siempre el no cometer alguna equivocación (si bien son pequeños, pueden ser una pesadilla a la larga) por lo que les dejaré un listado de ellas:
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No han podido adaptarse a la cultura empresarial
No deben tomarse la molestia de adaptarse a las costumbres de la compañía para la cual están trabajando. Ya que lograría originar problemas con los colegas y esos problemas pudiesen explotar a largo plazo en la carrera.
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Muchas excusas
No debes asumir toda responsabilidad que tienes en los errores que has cometido. Ya que si bien sea tarde o temprano perjudicará de forma negativa el futuro profesional.
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Hacer lo mínimamente requerido
El esforzarse lo más mínimo posible trata sobre una actitud que va desarrollando toda autocomplacencia. Para poder salir adelante e le trabajo se debe de ir a la caza de nuevas oportunidades. No esperar de forma pasiva a que éstas salgan al encuentro.
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Dejar las cosas a medias
El no realizar alguna promesa por diminuta que sea y que han hecho hace un momento a los jefes y compañeros rompe toda credibilidad.
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El pesimismo
Si estás todo el tiempo hundido en lo que es la miseria y viven quejándose. Acabarás por transformarte en un elemento un tanto fastidioso para los superiores y grupo de trabajo.
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Ignorar a los compañeros de trabajo
Se debe ir fomentando la amistad (o por lo menos una relación cordial) con todo el equipo de trabajo. Ya que es significativo que se ganen la aprobación de los superiores.
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Estar siempre a la defensiva
El cargar con una mala actitud al momento de recibir alguna crítica hará que se vean poco profesional.
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Posponer proyectos de forma eterna
El ir aplazando todo tipo de planes laborales (usualmente molesta) hasta llegar al último minuto no sólo incrementará de forma notable los niveles de estrés, sino que logra verse de manera negativa en todos esos individuos que tienen que depender de que “se hagan los quehaceres”.
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Escribir email demasiados bruscos
Los correos redactados de una manera realmente odiosa (si bien no es con esa intención) logran desgastar la reputación que se tiene como profesional.
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No realizar alguna contribución de gran valor
El poder participar en alguna reunión y decir lo primero que venga a la mente (sólo por decir algo) perjudica de forma inevitable la imagen que se tiene como profesional.